Es difícil escribir sobre una persona que no solo deportivamente dio la vida por los demás. Jesús Castro fue, durante más de década y media, el último recurso defensivo del gran Sporting de los setenta y ochenta. Inamovible de la portería desde los diecisiete años y un seguro de vida para el conjunto rojiblanco, el guardameta del mejor Sporting de la historia disputó sus últimos minutos como profesional en La Romareda, el 25 de septiembre de 1983.
A Chusi no le pesaban los años, incluso con el paso de éstos sus números mejoraban a la par que el Sporting, pero la espalda le llevaba por la calle de la amargura. Una hernia discal fue la responsable de su retirada del fútbol tras pasarse sus últimas dos temporadas prácticamente en blanco. Pese a formar parte aún de la plantilla en la temporada 1984/85, no llegó a tener minutos y fue el citado partido en Zaragoza una campaña antes el último en que se le pudo disfrutar bajo los palos de una portería.
Castro vio, en el que a la postre sería su último partido, su meta batida en cuatro ocasiones por el conjunto maño. Dos goles de Señor, uno de Ayneto y otro de Herrera (el último que encajó en activo) hicieron estéril el tanto sportinguista, obra de Abel.
Para el recuerdo quedan las imágenes del resumen de Televisión Española del que fue último partido oficial con el Sporting de un hombre que fuera de los terrenos de juego volvió a ponerse los guantes y salvar de morir ahogados a dos niños ingleses en la playa cántabra de Amió.
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